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España desmonta la fortaleza de Capello con su versión más pura

Los ingleses siempre se jactan de haber inventado el fútbol, un arraigo que desprecia su selección. Por eso lleva más de cuarenta años sin ganar un gran título. Tienen la patente, pero no han sabido desarrollarla. Están anquilosados y harían bien en fijarse en el modelo de España, el mejor equipo del mundo en estos momentos.

Es cierto que el equipo de Del Bosque comenzó el choque algo atascado por la presión adelantada que ordenó Capello desde el primer instante. La disposición táctico obligó a los centrales a olvidarse de la zona de creación y abusó del pelotazo. El pase largo favoreció a la defensa rival y empequeñeció a un equipo acostumbrado a jugar al toque. Además, Del Bosque montó un equipo sin extremos y condenó a viajar casi siempre por el centro, por el embudo. Hasta que Xavi entró en juego y Xabi Alonso se hizo con las riendas en la sala de máquina. Sosegaron el partido y España comenzó a caminar con paso firme.

Mismo guión. Mismos intérpretes. A madurar el encuentro hasta que encuentren una fisura en la roca inglesa. España se adueñó del balón y marcó la pauta. Tocó y tocó cuanto quiso, pero siempre muy lejos de la portería. Aunque parezca una incongruencia cada vez que Villa y Torres juegan juntos el equipo se hace demasiado largo y se pierde ese fútbol de asociación que llevó hasta la Eurocopa. Con un quinto centrocampista la selección ofrece más garantías de control en la zona ancha y prácticamente la misma pegada. Bendito problema.

Media hora duró viva Inglaterra porque por entonces el partido se había inclinado hacia los dominios de James. David Villa se inventó un gol de delantero cualificado en un error Jagielka. Se escurrió entre los centrales ingleses para finalizar a lo grande. Sexto gol consecutivo del «Guaje», una plusmarca única en la selección española.

A España le costó matar el partido. Una asignatura pendiente. Jugó mejor en la segunda parte que en la primera, bailando al rival en algunas fases, pero debió cerrar el partido mucho antes. No se puede vivir con resultados cortos porque algún día puede llegar el susto.

Ayer no tocaba. Funcionó uno de los planes alternativos de Vicente del Bosque. Fernando Llorente sacó petróleo de su laboratorio particular en las acciones a balón parado. Se elevó por encima de los ingleses para finiquitar una buena segunda parte.

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