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El científico que perdió el trabajo por negarse a volar, indemnizado por “despido injusto”

Derecho climático

La objeción de conciencia de Gianluca Grimalda a viajar en avión le costó el empleo y un viaje de más de 20.000 kilómetros por tierra; pero ahora, una victoria judicial logra que se le indemnice

Fotografía del Dr. Grimalda durante su viaje sin avión.

Fotografía del Dr. Grimalda durante su viaje sin avión desde Papúa Nueva Guinea hasta Alemania, en el año 2023.

Gianluca Grimalda

Gianluca Grimalda, investigador climático, practica desde hace más de 10 años una objeción de conciencia a viajar en avión por razones ambientales. El científico únicamente toma un vuelo cuando no existe otra alternativa; y para el resto, elige el viaje “lento”, aunque esto implique combinar trenes, autobuses y cargueros. A Grimalda no le importa que un camino de horas se convierta en otro de meses si, a cambio, logra reducir sus emisiones.

Pero su convicción le costó el trabajo. En 2023, el Instituto de Economía Mundial de Kiel despidió al Dr. Grimalda tras negarse a regresar en avión de su trabajo de campo en Bougainville, Papúa Nueva Guinea, donde investigaba cómo las comunidades locales se adaptan al cambio climático y a la globalización. Finalmente, el científico ha logrado un acuerdo con el Instituto y será indemnizado por “por despido injusto”.

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El acuerdo fue alcanzado el pasado 10 de enero entre el Dr. Gianluca Grimalda y el Instituto Kiel para la Economía Mundial (Alemania) durante el proceso de apelación, después de que la demanda inicial del Dr. Grimalda fuera rechazada en febrero pasado. Y aunque se desconoce la cuantía total -debido a un acuerdo de confidencialidad- el científico ha declarado su intención de donar 75.000 euros, parte de esta indemnización, a la protección del clima y activismo.

Cronología del caso

El plan original aprobado por el Instituto era que Grimalda regresara en “viaje lento”

Grimalda se marchó a Papúa Nueva Guinea con un plan cerrado con el Instituto Kiel para la Economía Mundial: tanto el viaje de ida como el de vuelta serían por rutas terrestres. Sin embargo, el científico sufrió varios retrasos en su investigación que, según alega, se debieron a aplazamientos de visados, amenazas de seguridad, actividad volcánica y otros impedimentos logísticos, lo que alargó en varias semanas su trabajo de campo.

Fue entonces cuando el Instituto le advirtió de la urgencia de su regreso. En un plazo de cinco días, debía estar en Alemania, lo que era categóricamente incompatible con un “viaje lento”. El viaje de ida le había costado 35 días y el desenlace estaba claro: si Grimalda no cogía un avión, sería despedido. El científico, no obstante, se mantuvo firme en su objeción de conciencia, y envió la negativa al Instituto.

El 9 de octubre de 2023, finalmente, le notificaron la terminación de contrato por no presentarse en Kiel en la fecha acordada, justificada por “incompatibilidades ideológicas entre las partes”. Grimalda se convirtió así en el primer caso conocido de un empleado despedido por negarse a tomar un avión por motivos ambientales.

Más de 20.000 kilómetros

Grimalda fue despedido, pero cumplió su promesa de regresar por rutas terrestres

Imagen del itinerario de vuelta realizado por Grimalda.

Gianluca Grimalda

Aunque el investigador fue despedido, cumplió con su promesa de regresar por vía terrestre y se embarcó en un viaje de más de 20.000 kilómetros en ferrys, barcos de carga, autobuses y trenes. Según cálculos del científico, esta aventura, que le llevó 50 días completar, habría reducido sus inversiones de gases de efecto invernadero en diez veces.

Según explicó el propio investigador en un artículo publicado en The Guardian, sus motivos respondían a razones morales. En primer lugar, no creía que fuera aceptable en el estado actual de emergencia climática emitir tal cantidad de gases de efecto invernadero sólo para llegar más rápido; pero además, quería cumplir con la promesa que había hecho a los participantes de su investigación y lanzar una reivindicación al mundo.

El acuerdo alcanzado

Finalmente, Grimalda será indemnizado por despido improcedente

El caso se ha cerrado con una victoria judicial para Grimalda, que el pasado 10 de enero, aceptó el acuerdo propuesto por el Tribunal Regional Laboral de Kiel. “Me siento triste y feliz al mismo tiempo”, explica Grimalda en un comunicado. “Triste porque perdí un trabajo que amaba; feliz porque el juez reconoció implícitamente la imposibilidad de despedir a un empleado por su negativa a tomar un avión". 

El científico espera que su caso inspire a más empleados, instituciones y empresas “a apoyar activamente la transición de economías basadas en combustibles fósiles a sociedades descarbonizadas y centradas en las personas” y está decidido a continuar con su investigación.

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“Aunque las solicitudes de empleo que presenté este año no tuvieron éxito, en 2025, planeo viajar nuevamente de manera lenta a Papúa Nueva Guinea para investigar más sobre la adaptación de la población local al cambio climático. Una vez regrese, reanudaré mi trabajo como activista climático”, argumenta Grimalda.

Este caso resalta la creciente intersección entre el derecho laboral y las prácticas conscientes del clima

Jörn A. BroschatAbogado especializado en derecho laboral que defendió a Grimalda en la demanda

Jörn A. Broschat, el abogado especializado en derecho laboral que defendió al Dr. Grimalda se ha mostrado satisfecho con el acuerdo alcanzado, pero lamenta que la situación legal continúa siendo incierta para los empleados que prefieren viajar de manera climáticamente neutra.

“Este caso resalta la creciente intersección entre el derecho laboral y las prácticas conscientes del clima”, declara en el mismo comunicado el abogado, que considera que la demanda de Grimalda se ha convertido en “un hito” en el debate emergente sobre el derecho de los empleados a defender sus principios climáticos.

“Este es solo el comienzo de numerosas decisiones legales laborales que abordarán la compleja interacción entre el cambio climático y los intereses de empleados y empleadores”, concluye Broschat.

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